Pen drive

¿En qué consiste la práctica?
Ampliar la comprensión mediante la búsqueda de 
información faltante para comprensión local o global

¿Cuándo?
Antes, durante y después de la lectura

Tipo de estrategia
Monitoreo de la comprensión

¿Te pasó alguna vez que a pesar de leer un texto varias veces no lo entendías? Al principio, esto es normal, ya que lo propio de la universidad es introducirte en disciplinas y temas que quizás ni sospechabas que existían. Al empezar los cursos se abre frente a vos un universo de conocimientos, y aunque a veces da un poco de vértigo no te preocupes, porque vas a ir desarrollando herramientas para apropiarte de todo lo nuevo. 

A la hora de enfrentar un texto es muy importante empezar por el tema que trata y en base a eso predecir sobre qué aspectos te informará. Esta fase inicial de contacto con el material de estudio es fundamental, por ejemplo, para vincular la temática del texto con lo que se dió en la clase o con lo que conocés de etapas anteriores. Hacer esta primera evaluación permite definir cuánto conocés del tema para saber cuánto tenés que informarte antes de seguir leyendo. Por suerte, y más en estos tiempos, existe mucha información a la que recurrir cuando no sabés nada del tema o cuando no entendés algún concepto básico. Por ejemplo, una primera aproximación puede hacerse a partir de libros de referencia y/o de internet (buscadores, youtube, enciclopedias). También el diccionario es un buen aliado para comprender palabras nuevas o que tengan un significado diferente al que ya manejás. Hay diccionarios específicos para cada área del conocimiento, buscá cuál es el que se adapta a tu necesidad. 

Hoy en día, podemos aproximarnos a cualquier tema realizando una búsqueda en internet. Lo importante es poder evaluar qué tan confiable es la información de esas fuentes, que puede ser de diferentes niveles de generalización y profundidad. En un extremo, están los textos muy técnicos, solo comprensibles por los expertos, y en el otro, están aquellos llamados “de divulgación”, que son fáciles y están destinados a un público no especializado. En la universidad  textos como los de Wikipedia nunca pueden considerarse como la única fuente de conocimiento, pero son muy útiles para iniciarte en una temática y a veces te pueden redirigir hacia textos más técnicos (para eso está también el Programa del curso). Los libros o artículos científicos serán los más adecuados para el nivel académico que se requiere en la universidad. Al principio, leer textos del mismo tema pero con diferentes grados de dificultad no es una pérdida de tiempo, sino una estrategia para lograr comprender. 

Aprender temas nuevos requiere tiempo, paciencia y establecer redes que te permitan ampliar tus conocimientos iniciales. Por eso, a la hora de leer es importante que tengas presente los otros textos que has leído sobre el tema, para ir generando un esquema mental que integre lo nuevo con lo que ya conocés. Vas a ver que haciendo esto, ese texto que pensaste que jamás podrías leer va a ir haciéndose más sencillo, en la medida que su temática no te resultará más desconocida.