Tamagotchi

¿En qué consiste la práctica?
Organización previa del material para iniciar el estudio

¿Cuándo?
Antes de la lectura

Tipo de estrategia
Planificación de la lectura

Sentirte sumergido en una ola de materiales de lectura es algo que te va a pasar en en la universidad en algunos momentos del año. Esto sucede por la gran cantidad de textos que hay que leer en una carrera universitaria. Si bien al principio te puede parecer que las materias no son muchas más que las que tenías en el bachillerato, lo que sí cambia radicalmente es la cantidad y la dificultad de los textos. Eso hace que el tiempo que ahora tengas que dedicarle al estudio sea necesariamente mayor. Por eso, es muy importante que no pierdas el control de tus materiales y que trates de no dejar el estudio para último momento. En la universidad es necesario adquirir el hábito de organizar las lecturas para planificar el estudio con anticipación y evitar la frustración cuando todas las evaluaciones se te vengan encima.

Estudiar es una de esas actividades que requieren disciplina y constancia. Para lograr enfocarte en el estudio es importante crear un plan de trabajo y seguirlo. Para poder realizar todas las lecturas que se te exigen, tanto las de clase como las de las evaluaciones, es fundamental la gestión del tiempo. Esto significa que hay que evaluar correctamente cuánto lleva hacer una lectura en profundidad para saber cuánto debés dedicarle todos los días. También hay que ser consciente de cuándo es necesario intensificar el tiempo dedicado, sin perder de vista la importancia de estar concentrado mientras leés. Leer en la universidad exige que el estudiante se fije metas y objetivos teniendo en cuenta todo el material a estudiar.  

La organización del plan de trabajo requiere conocer la bibliografía obligatoria del curso, así como saber dónde se pueden encontrar todos los textos. Busca esta información en el Programa del curso, en el caso de que no la encuentres comunicate con tus compañeros o hacé la pregunta en el foro de EVA o escribí a los docentes. La bibliografía suele estar dividida en “bibliografía obligatoria” y “bibliografía complementaria”, siempre es una buena idea empezar por tener claro todo lo que es obligatorio y dedicarse luego a la otra parte. Sin embargo, muchas veces en la bibliografía complementaria encontramos textos que ayudan a entender los textos obligatorios. Hay que tener en cuenta también que las bibliografías tienen un orden, generalmente, se organizan en función de unidades temáticas. Conocer las relaciones entre las unidades ayuda a estudiar poniendo los textos leídos en diálogo. Por eso es importante asistir a la clase habiendo hecho al menos una primera lectura de los materiales que te indican los docentes. Esto te va a permitir comprender mejor y hacer preguntas sobre las dudas que te hayan quedado. 

Es tu derecho y tu obligación como estudiante conocer cuáles son los materiales y las relaciones entre los temas para poder estudiar con responsabilidad. Una vez que conozcas y tengas los textos, ordenalos en carpetas físicas o en la compu y armá un plan de trabajo cotidiano, para estar al día con las lecturas que requieren los cursos. Una buena estrategia es dedicar un día de la semana a cada materia, o leer el mismo día antes de la clase.