Una de las actividades conmemorativas del Mes de la Mujer, en preparación de las Jornadas Nacionales de Extensión 2018, reunió a representantes de distintos núcleos universitarios dedicados a la temática de género. Presentaron sus experiencias, e indicaron que aunque hubo avances, todavía hay mucho por hacer para que la perspectiva de género se instale en la Udelar.
La mesa de diálogo «La perspectiva de género en la Udelar», se desarrolló este viernes 9 en la sala Maggiolo, con la participación de Victoria Espasandín, coordinadora de la Comisión Abierta de Equidad de Género (CAEG) de la Universidad de la República (Udelar), Alejandra López, coordinadora de la Red Temática de Género (RTG) de la Udelar, y Mariana Malet, integrante del Grupo Derecho y Género (GDG) de la Facultad de Derecho. La moderación estuvo a cargo de Flor de María Meza, coordinadora del GDG. La mesa fue una de las Primeras Actividades Preparatorias de las Jornadas Nacionales de Extensión 2018, organizadas por el Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio (SCEAM).
Alejandra López abrió el intercambio valorando la iniciativa del SCEAM de organizar una serie de actividades en el Mes de la Mujer, pues «revela un nuevo estado de situación en el sentido de los esfuerzos que venimos haciendo desde los distintos servicios de la Universidad».
La RTG surgió en 2001, impulsada por académicas feministas de la Udelar en el marco del proyecto Redes Temáticas, de corte interdisciplinario, para estimular la investigación y la extensión en los distintos servicios universitarios. López expresó que «para quienes veníamos de manera muy invisible, aislada, descoordinada y marginal dentro de esos servicios, tener una plataforma fue una gran oportunidad». Esta plataforma requería muchos intercambios con el fin de impulsar la incorporación de una perspectiva de género en la Udelar, en un contexto que a nivel regional «no era alentador, pero mundialmente ya estaba avanzado».
Los desafíos planteados en su origen aún tienen vigencia y orientan los objetivos que tiene la red actualmente. El primero de ellos refiere a impulsar y fortalecer el desarrollo de los estudios y el enfoque de género en los distintos campos del conocimiento a través de la enseñanza, la investigación y la extensión universitaria. También incidir en la transformación de la Udelar para promover una cultura de la igualdad de género que prevenga y erradique prácticas discriminatorias y sexistas en la cultura, normativas y en la organización institucional. Por último, se plantea contribuir al diálogo intersectorial con actores gubernamentales y de la sociedad civil para el desarrollo de políticas públicas con equidad de género.
La red está integrada por 33 docentes, la mayoría de grados superiores, efectivos y con dedicaciones totales o altas. La incorporación de la perspectiva de género en el campo académico, curricular, en agendas de investigación y extensión se ha desarrollado con mayor notoriedad en las ciencias sociales y humanas que en los otros campos del conocimiento, donde su desarrollo es «prácticamente inexistente». Según López, una ausencia fundamental es la de la Facultad de Medicina, «a pesar de jugar un papel fundamental en la producción de profesionales médicos que atienden la salud de las mujeres y varones del país, y es por tanto, un campo muy relevante de ejercicio del poder».
A nivel de la enseñanza, la Facultad de Psicología es la única que ha curricularizado dentro de los cursos obligatorios los Estudios de género en el ciclo inicial, es decir que los 2.500 estudiantes que ingresan año a año cursan obligatoriamente la unidad curricular Género y Derechos Humanos. Otras facultades han incorporado cursos o seminarios optativos. A partir de su experiencia como docente en Psicología, López considera que «parte del fenómeno del involucramiento de los jóvenes con la temática tiene que ver con algo de lo que se enseña en las aulas universitarias». Por otro lado, en la agenda de investigación se destacan las temáticas sobre participación, política y género, diversidad sexual, violencia de género, estudios de género y cuidados, sobre sexualidad, servicios de salud, salud sexual y reproductiva. Mientras que en el desarrollo en extensión además de estas áreas se incluyen el trabajo con mujeres privadas de libertad, las mujeres y el turismo rural, los medios de comunicación y género, entre otros.
Conciencia de ley
Por su parte, Malet afirmó que «la Universidad es un reducto privilegiado para buscar la igualdad». Sin embargo la estructura segmentada de la institución y la rigidez de los servicios no favorecen a la perspectiva de género, indicó. El GDG de la Udelar, creado en 2001, ha tenido dificultades para desarrollar su trabajo en el ámbito de la Facultad de Derecho. La docente indicó que allí hay «carencia de la perspectiva de género en la docencia, indiferencia, resistencia y hasta alguna militancia en contra».
Entre los obstáculos que enfrenta el grupo se encuentran la falta de recursos específicos, la escasa cantidad de docentes de la facultad en Régimen de Dedicación Total —que opera en contra de la investigación y la extensión—, y una impronta conservadora «muy marcada entre los docentes, profesionales y estudiantes del derecho».
Malet considera que el grupo no cuenta con legitimación y reconocimiento dentro de la facultad, y tiene la necesidad de buscar espacios de acción ante cada cambio de autoridad. Para superarlo, es deseable llegar a la creación de un Instituto de Género, expresó. El nuevo plan de estudios de las carreras de Abogacía y Notariado, que se aplica desde 2017, propone fortalecer la investigación, la extensión y la interdisciplina, que en el anterior no tenían un lugar relevante, pero «el gran debe del plan de estudios es el silencio respecto del lugar de género en la formación jurídica», indicó. Hay que pensar que la facultad debe formar intérpretes del derecho con conciencia crítica -operadores, jueces y fiscales-, «y no solamente abogados litigantes», opinó.
Aún sin la existencia de un instituto propio, los contenidos sobre derecho y género podrían introducirse en el diseño curricular, pero eso depende de los espacios que para ello otorgue cada asignatura, señaló. También podrían integrar un curso general interdisciplinario, o ingresar transversalmente en todas las materias, porque «siempre hay vínculos con el tema». Malet explicó que el grupo lleva adelante una materia opcional «con gran esfuerzo, desde hace siete años», y también ha tenido intervención en cursos de Derecho Laboral. Además, viene generado publicaciones de forma continua, realiza jornadas de difusión y charlas en diversas instituciones, y ha concurrido al Parlamento a informar sobre algunos proyectos de ley. «A pesar de todo estamos en marcha», concluyó.
En su intervención, Espasandín agradeció la oportunidad de poder participar en «estos espacios que generan reflexión e intercambio sobre la situación de la temática en la Universidad». La CAEG se creó en 2012 y tiene como objetivos elaborar y poner en marcha acciones para incorporar la perspectiva de género en la gestión organizacional; y diseñar, implementar y evaluar las políticas públicas que la Udelar lleve adelante en materia de género.
Esta comisión surge impulsada por la Red Temática de Género, para cumplir con los compromisos asumidos internacionalmente por nuestro país en materia de igualdad, a través de la Ley 18.104, que promueve «igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y las mujeres de la República», y con las acciones comprometidas en el Primer Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades y Derechos.
Cantidad y calidad
Espasandín destacó en su presentación uno de los logros de la CAEG que es la implementación del Modelo de Calidad con Equidad de Género (MCEG), al cual se adhieren siete Facultades: Ciencias Sociales, Derecho, Veterinaria, Agronomía, Ciencias Económicas y de Administración, Psicología, y Humanidades y Ciencias de la Educación. Este modelo es «una herramienta de transversalidad eficaz, promueve la transformación de las organizaciones, combate las desigualdades y la exclusión, mejora las políticas de gestión humana y promueve una cultura organizacional orientada a la igualdad.»
Según Espasandín, en la Universidad existe la percepción de que no hay discriminación, ni desigualdades estructurales entre mujeres y varones. La idea se funda en el proceso de feminización de la Universidad, es decir, de porcentajes más altos de estudiantes mujeres, más funcionarias no docentes y más docentes mujeres. Sin embargo, el Diagnóstico organizacional con perspectiva de género para la implementación del MCEG de 2014 muestra que aún existen oportunidades desiguales para el desarrollo profesional, segregación vertical y por áreas de conocimiento, estereotipos de género en las tareas y funciones, desigualdades salariales y vinculadas a las cargas familiares, e incluso situaciones de acoso moral, sexual, de violencia basada en género y otras formas de discriminación.
Dentro de los avances recientes, Espasandín hizo hincapié en el compromiso del Consejo Directivo Central de la Udelar para promover las políticas en favor de la igualdad de género establecidas a nivel del derecho nacional e internacional; implementar estas políticas hacia el interior de la institución; e impulsar a nivel de la enseñanza de grado y posgrado, la investigación científica, la extensión y actividades en el medio la presencia de los desafíos y problemas vinculados al género desde una perspectiva de derechos. Otro avance importante fue la certificación Nivel 1 de los Comités de calidad con equidad de género que recibieron las facultades de Ciencias Sociales y de Ciencias Económicas y de Administración, al igual que el proceso de incorporación del Modelo en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo iniciado a fines de 2017.
Luego de las presentaciones se realizaron diversos comentarios. Meza recordó que el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas propone transversalizar la perspectiva de género, que «es el proceso de valorar las implicaciones que tiene para los hombres y las mujeres cualquier acción que se planifique, ya se trate de legislación, políticas o programas en todas las áreas y en todos los niveles». Recordó que en especial «los tiempos que vivimos demandan justicia sensible al género y no siempre la justicia está acorde con la realidad».
Otras participantes señalaron que algunas facultades «tienen masa crítica» para generar buenas prácticas tendientes a la equidad de género, y que muchas veces son los estudiantes quienes impulsan los cambios. También se dialogó sobre la consolidación de equipos académicos que trabajen en el tema, señalando diversas estrategias que a mediano y largo plazo puedan generar más y mejores cargos docentes instalados en los servicios.