Se desarrolló este lunes la Jornada de reflexión sobre tendencias en la Educación Superior en el Paraninfo de la Universidad de la República.
Con la actividad, organizada por la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) y el Pro-Rectorado de Enseñanza, se dio inicio al primero de varios intercambios que se prevé realizar en vistas a la Conferencia Regional de Educación Superior que tendrá lugar en 2018, y que será conmemorativa de los 100 años de la Reforma de Córdoba. Así como también de cara a la Conferencia Mundial de Educación Superior 2019.
La coordinadora académica de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC) Judith Sutz, fue responsable de abrir el encuentro y dio el puntapié inicial para comenzar a reflexionar sobre qué Universidad es la que se quiere, en el panel denominado: Universidad, conocimiento y mercado. La primera interrogante que se planteó fue si existe un momento del pasado al que no se quiera volver. Seguidamente respondió que sí y que uno de ellos es a antes de la Reforma de Córdoba de 1918, puesto que en ese entonces la universidad era «elitista, antidemocrática, autoritaria y no se producía conocimiento».
A su vez, afirmó que tampoco se pretende estar en una universidad «con conocimiento y sin mercado», donde lo que suceda afuera no repercuta en el adentro y donde el desarrollo tecnológico no esté presente en el ámbito profesional. Para ilustrar la realidad actual indicó que nuestro país invierte menos del 0,4% del Producto Bruto Interno en desarrollo tecnológico, mientras que en Europa la media ronda el 2% y hay países donde se supera el 3%. Y reafirmó la separación del conocimiento académico y del mercado indicando que casi 100% de la investigación se hace en el sector público, y solamente un 2% corresponde a privados.
Por su parte, Alfredo Falero, doctor en Ciencias Sociales en especialización en Sociología, y Alción Cheroni, profesor de Filosofía en la Ciencia, también participaron del panel inaugural y reflexionaron sobre la producción de conocimiento en función del sistema productivo y su financiación por parte de organismos internacionales, y el concepto de emprendedurismo, entre otras cosas. Asimismo, remarcaron la necesidad de que la Universidad de la República siga generando conocimiento y personas críticas.
Una vez inaugurada formalmente la jornada, en los paneles siguientes se abordaron diversos temas: el avance de la tendencia neoliberalista y los cambios que provoca dentro del sistema educativo y en la producción de conocimiento en general; la crisis profunda del modelo tradicional de la Universidad por el que fueron creadas décadas atrás; la mercatilización de la educación superior específicamente en Brasil; la implementación de currículums por competencias; y los cambios que atraviesa la universidad en América Latina a partir del crecimiento en la matrícula, la diversificación y la especialización. Sobre este último punto el ex decano de Facultad de Ciencias Sociales de la Udelar, Jorge Landinelli, detalló que en 1955 en Latinoamérica había 75 universidades; hacia 2003 la cifra había aumentado a 1800 y en 2010 las instituciones reconocidas legalmente eran 5000.
Las exposiciones estuvieron a cargo de panelistas nacionales e internacionales. Se destaca la presencia del brasileño Valdemar Sguissardi, licenciado en Filosofía de la Universidad Regional, y la del francés, doctor en Sociología, Christian Laval. Éste brindó la conferencia magistral ¿Qué es el neoliberalismo?. Entre otras cosas, sostuvo que la escuela y la universidad en la actualidad están encargadas de transformar a los individuos en sujetos de valor, en capital humano, a diferencia de lo que ocurría antes que formaba ciudadanos críticos y articulaba la comunidad de éstos.
También hubo espacio para el reconocimiento y el agradecimiento a los participantes por parte del rector de la Udelar, Roberto Markarian, y de la Comisión Sectorial de Enseñanza y de la FEUU.
La jornada de reflexión cerró con una mesa integrada por representantes de todas las delegaciones de estudiantes presentes: Argentina, Brasil, Ecuador y Uruguay. Allí se remarcó la necesidad de tomar definiciones sobre el rumbo de la educación superior en América Latina, no sin dar el debate correspondiente, el cual debe ser abierto y participativo.
Plantearon, además, analizar la conveniencia de invertir dinero otorgado por organismos internacionales en la producción de conocimiento, así como fortalecer leyes que jerarquicen la autonomía de las universidades en Latinoamérica.