La inconveniencia de adaptar la currícula al mercado fue uno de los aspectos abordados en el panel: Nuevos paradigmas curriculares e institucionales de la Jornada de Reflexión sobre tendencias en la Educación Superior, instancia impulsada por la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) y el Pro-Rectorado de Enseñanza el 24 de octubre.
El primero en hacer referencia al modelo educativo por competencias fue el español Félix Angulo Rasco, quien, entre otras cosas, fue catedrático de Didáctica y Organización Escolar en la Universidad de Cádiz.
Si bien el docente español no estuvo presente en el Paraninfo de la Universidad de la República, grabó su exposición y posteriormente fue transmitida. Allí reflexionó sobre el «modelo de competencias» generado a partir del «emprendedurismo» y cuyo resultado es la formación e investigación en función de las «exigencias de los empleadores». También cuestionó los sistemas de acreditación de saberes y los problemas que genera no incentivar el «pensamiento crítico» entre los futuros profesionales.
Por otra parte, habló sobre la situación actual de la Universidad en España. La definió como una «Universidad paralizada», que «no tiene rumbo claro» por las políticas de ajuste existentes y por la falta de definición en las políticas de investigación.
Daysi Iglesias, secretaria general de la Asociación de Maestros de Montevideo (ADEMU-Montevideo), fue la siguiente en participar. También se centró en el modelo por competencias. Indicó que cuando se habla de «currículum» se «cae en un pantano», puesto que muchos utilizan el término, pero «no todos los usos tienen una connotación común». Por ende «es necesario saber si cuando dialogamos hablamos todos de lo mismo», explicó. Y reconoció que un «factor común» del currículum es su «emparentamiento con la enseñanza» que es «actividad central de todas las instituciones educativas». Lo que sí cambia de una institución a otra es la visión que se tiene sobre «qué o cómo enseñar» o «qué se debe aprender y cómo».
Por otra parte, Iglesias abordó la disconformidad que existe en diversos sectores de la sociedad, ya sea en el mercado laboral, en las formas de representación política, en las políticas salariales, de distribución o seguridad, lo que genera la idea de que «la educación funciona mal». «Se espera una solución mágica y definitiva para muchos problemas que la educación no genera pero sí refleja, independientemente de que hay otros que sí genera y reproduce».
Finalmente, Raúl Gil, quien fue profesor en la Udelar hasta 2014 y actualmente es docente en formación docente, afirmó en su exposición que los currículos por competencia «nadie sabe exactamente qué son, lo que sí sabemos son sus efectos», y mencionó la implementación frecuente de cambios en los planes de estudio.
«El currículum por competencia me ofrece la pertenencia a un océano que es un mercado dónde todo flota. No estamos en una sociedad, estamos en el archipiélago, uno salta de un lugar a otro y consigue cosas», indicó.
A su vez, reconoció que la educación es «un gran negocio» y para ilustrarlo dijo que entre los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos se mueven unos 78.000 millones de dólares. A Estados Unidos, por ejemplo, llegan unos cinco millones de estudiantes a estudiar posgrados, mientras que a Brasil lo hacen unos dos millones. Esto, a pesar de que en el sistema laboral se producen más puestos de trabajo para mano de obra descalificada que calificada, contradiciendo el discurso que prima que a mayor nivel educativo mejor puesto de trabajo y mejor sueldo.
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